La voluntad de morir
1998
Dirección: Luis Ureta
Dramaturgia: Compañía Teatro La Puerta
Elenco: Roxana Naranjo, Paula Silva, Rodrigo González, Juan Pablo Yanez
Diseño Integral: Gastón Vega
Vestuario: Karin Erhmann
Reflexión escénica en torno al tema del suicido. De la mano de personajes icónicos : Van Gogh, Violeta Parra, Antígona y Judas , cuatro actores/viajeros se interrogan sobre las causas, procesos y consecuencias del suicidio.
La voluntad de morir, fundada en un texto de creación propia, se estrenó el año 1998, en la Sala Pedro Prado del Centro Cultural Estación Mapocho.
La obra respondió al deseo de reflexionar en torno a los motivos e implicancias atingentes al fenómeno del suicidio. En ella, de la mano de suicidas reales y ficticios (literarios) , el espectador era invitado a conocer, en los cincuenta minutos de duración de la pieza, los motivos y diferentes razones que impulsaron , entre otros , a van Gogh , Ofelia , Antígona y Judas, a acabar voluntariamente con su existencia.
Los casos de suicidios masivos acaecidos en distintas latitudes del planeta en lso años noventas (1993 Waco, Texas 70 personas ; 1994 suiza , 48 miembros del templo solar ; 1997 california , 39 miembros de la secta "Heavens gate", entre otros) y la importante cantidad de suicidios de adolescentes y artistas que en esa década estremecieron a nuestro propio país (Adolfo Couve, por citar un ejemplo) , son evidencias que confirman la vigencia de un tema complejo de enfrentar y frente al cual no es fácil establecer una postura categórica . En este sentido, la obra quiso ser una instancia que propiciara la reflexión sobre el tema y permitir un acercamiento sensible, no solo hacia el espíritu del suicida, sino también hacia aquellos que han quedado padeciendo su ausencia, sus deudos.
La obra fue el producto de ocho meses de ardua investigación y creación. La elaboración de la dramaturgia de la obra -caracterizada por un discurso fragmentado, que tiende más a sugerir que a explicitar - se desarrolló de acuerdo a los resultados arrojados por las propuestas actorales y las numerosas improvisaciones. Apareció, por otro lado, el problema de la selección y utilización de los objetos que formarían parte de nuestra obra. La mayoría de ellos fueron elementos cotidianos que, despojados de su utilización práctica, se nos revelaron como íconos portadores de un fuerte potencial paradigmático, que con elocuencia permitían el acceso a distintos niveles de percepción. Tal es el caso de la selección y utilización de los distintos zapatos utilizados en la secuencia final de la obra.
«El espectáculo crea una atmósfera, una poética del espacio y de los objetos, que transmite el dolor o las causas más oscuras que conducen a la autoeliminación».
Juan Andrés Piña
«...Hay momentos emotivos que se dan sobretodo por las actuaciones de Roxana Naranjo y Juan Pablo Yanes. La dirección es clara, logra trabajar con elementos esenciales y ha acotado su esfera, en una respetable decisión».
Andrés Gómez
«Este último montaje de Luis Ureta vuelve a mostrar la seriedad y el rigor para manejar el espacio y el grupo de actores en torno a una temática que estremece, como es el suicidio.
(...) el mayor interés de ‘La voluntad de morir’ radica en el clima creado a través del espacio, la iluminación y el entrelazamiento de los actores».
Carola Oyarzún, El Mercurio, enero 1998
«Esto es teatro poético, un ritual que es en esencia un misterio, la autoeliminación. Que puede convertirse en una experiencia profunda, íntima y estremecedora para el espectador».
Pedro Labra, La Segunda, junio 1998
«El riguroso y entrañable estilo actoral, la escenografía y vestuario, la música, colaboran a la atmósfera mística y ceremonial, cargada de un sentido de fracaso irreparable...».
Revista Cosas, julio 1998